Últimamente, parece que nuestro mundo avanza más rápido de lo que muchos esperábamos. Entre los teléfonos móviles con escáner facial y los sistemas de domótica que se pueden controlar con la voz, es como si la tecnología de finales de 2010 nos hubiera arrastrado a una novela utópica. Ahora, con la propagación del COVID-19 y la preocupación por la salud en el primer plano de nuestras mentes, existe una importante necesidad de servicios tecnológicos avanzados que vayan más allá de la comodidad cotidiana. A medida que muchos residentes en Estados Unidos se adhieren al distanciamiento social y se esfuerzan por quedarse en casa cuando es posible, ha aumentado la demanda de un repunte en el desarrollo de vehículos autoconducidos. Pero a medida que aumenta esta demanda, también lo hacen las cuestiones de responsabilidad y seguridad.

AUMENTAN LAS INVERSIONES, PERO ¿QUÉ PASA CON LA RENDICIÓN DE CUENTAS?

Puede que algunos no se den cuenta, pero los vehículos autoconducidos llevan ya unos años circulando por las carreteras, aunque no de forma generalizada. En los últimos meses, gracias a la pandemia, han aumentado las inversiones de las empresas automovilísticas. De hecho, sólo Volkswagen ha destinado un total de 52.000 millones de dólares al desarrollo y mantenimiento de vehículos operados por inteligencia artificial (I.A.). Y General Motors, tras anunciar recientemente una asociación con EVgo, ha destinado 20.000 millones de dólares a tecnologías de vehículos autoconducidos. Por supuesto, estas empresas tendrán que ponerse detrás de Tesla, el líder en tecnología de conducción autónoma cuyo modelo Autopilot es un sistema semiautónomo con control de crucero consciente del tráfico, autoaparcamiento y otras funciones impulsadas por la I.A.

Pero, con tantas funciones automatizadas, cabe preguntarse: ¿qué ocurre si el vehículo autoconducido provoca un accidente de tráfico? Al fin y al cabo, es mucho más fácil demostrar que la culpa es de un operador humano. Los humanos pueden ser sometidos a juramento. La falibilidad humana puede verse a simple vista. Se puede probar la negligencia de un humano comprobando el nivel de alcohol en sangre o quizá mirando hacia atrás en las cámaras de seguridad. Es lógico que la inteligencia artificial deje menos rastro de responsabilidad.

LAS PARTES RESPONSABLES Y SUS OPCIONES LEGALES

Para entender mejor quién es el culpable de cualquier incidente en el que estén implicados coches autoconducidos, hay que examinar los detalles en profundidad. ¿Dónde se encontraba el perjudicado en el momento del siniestro y tuvo algún tipo de responsabilidad? ¿Influyó el clima? ¿Y los errores del fabricante? Incluso en los accidentes cotidianos, rara vez se trata de casos abiertos y cerrados. Veamos un ejemplo real de un accidente con un vehículo autoconducido.

En marzo de 2018, un conductor puso su vehículo en modo de conducción autónoma. El vehículo atropelló a un peatón que iba en bicicleta fuera de un paso de peatones, causando la primera muerte registrada por un vehículo automatizado. Aunque todavía había un humano en el coche autoconducido cuando atropelló al peatón, ¿puede ser realmente culpable del accidente? Al fin y al cabo, cedieron el control al sistema de inteligencia artificial y no habrían tenido tiempo suficiente para reaccionar.

Al final, Uber llegó a un acuerdo en un caso contra ellos por daños y perjuicios por homicidio culposo, a pesar de que el peatón estaba fuera del paso de peatones en ese momento. Sin embargo, se especula que el acuerdo de Uber no fue tanto una admisión de culpa como una forma de evitar largos procedimientos judiciales y honorarios. Así que, al final del día, las cuestiones de responsabilidad seguían en el aire, lo que demuestra lo complejas que pueden ser estas cuestiones y arroja luz sobre la necesidad de futuras leyes y mejores tecnologías para proteger a las personas vulnerables a los coches autónomos.

El mundo de las reclamaciones por lesiones personales relacionadas con vehículos no es ajeno a cuestiones complejas de responsabilidad. Control de crucero, transporte público automatizado, trolebuses... ocurra lo que ocurra el accidente, habrá una seria necesidad de una investigación exhaustiva por parte de un experto antes de que pueda determinarse la responsabilidad. Y luego, por supuesto, hay que convencer al tribunal de lesiones personales.

DAÑOS EN ACCIDENTE DE TRÁFICO

Si sufrió lesiones en un accidente automovilístico, ya sea un accidente de autoconducción o no, es probable que haya incurrido en varias pérdidas. Si llega a un acuerdo o veredicto satisfactorio, los daños y perjuicios por lesiones personales incluyen los relacionados con:

  • Salarios perdidos por faltar al trabajo no cubiertos por tiempo libre retribuido
  • Facturas médicas, incluidas exploraciones, operaciones y sesiones de terapia.
  • Dolor físico
  • Sufrimiento psicológico y emocional

Dependiendo de su situación, la lista podría continuar. Lo ideal es que en un caso de lesiones personales que prospere se indemnice al demandante por todas las pérdidas relacionadas con el incidente en cuestión.

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