El tren Brightline es el último intento del sur de Florida por poner a punto el transporte público. El tren de alta velocidad presta servicio actualmente en las estaciones de West-Palm Beach y Fort Lauderdale, y tiene previsto ampliarlo a Miami y Orlando. Sin embargo, el torbellino de un cómodo viaje al trabajo parece carecer de precauciones de seguridad. Desde julio de 2017, hace apenas seis meses, cuatro personas han muerto atropelladas por el Brightline y otra ha resultado herida. Dos de las muertes se produjeron este mismo mes, con menos de una semana de diferencia. Melissa Lavell murió el 12 de enero, caminando por las vías cuando fue atropellada por un tren que venía en sentido contrario. El 18 de enero, Jeffrey King también había muerto al cruzar las vías del Brightline en bicicleta.
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Con tantos accidentes, resulta chocante que la empresa haya pasado sin falta sus inspecciones de seguridad. No parece que las medidas de seguridad sean suficientes teniendo en cuenta la facilidad con que las víctimas pudieron burlarlas.
Más chocante aún es el hecho de que Brightline está trabajando para convertir los cruces de trenes en "zonas silenciosas", lo que significa que no sólo no aumentarán los protocolos de seguridad, sino que también eliminarán el protocolo de seguridad de que suenen las bocinas de los trenes en los cruces. Así es, ya no sonará la bocina para avisar cuando este tren de alta velocidad se acerque a toda velocidad a un cruce de ferrocarril a 70 MPH.
Funcionarios del Gobierno cuestionan la fiabilidad de las medidas de seguridad existentes y cómo debe continuar la expansión de la línea de tren. Los senadores Marco Rubio y Bill Nelson han expresado su preocupación y han sugerido que se suspenda el servicio de la nueva línea.
También es preocupante en esta saga el hecho de que Brightline aún no se ha ampliado a las dos ciudades más grandes de su ruta y aspira a tener unos 3 millones de pasajeros en los próximos años. Si ya estamos viendo índices de mortalidad tan elevados, ¿cómo podemos confiar en que no se disparen con las próximas ampliaciones?
Las señales y las luces pueden bastar para el protocolo de seguridad actual, pero no pueden ser suficientes de cara al futuro. Sobre todo si Brightline consigue crear zonas silenciosas que reduzcan aún más la percepción del tren que se aproxima.
Los trenes pueden suponer un grave peligro para los peatones y los vehículos que circulan por la carretera. Una compañía ferroviaria que no proporcione la señalización de seguridad necesaria puede ser declarada negligente y, por tanto, responsable de cualquier lesión o muerte accidental que pueda producirse a causa de su tren. Hasta ahora Brightline ha evitado la responsabilidad por las muertes anteriores, pero sin mejoras significativas en su protocolo de seguridad es posible que no puedan evitarla por mucho más tiempo.
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