Desde 2009 no ha habido víctimas mortales en las aerolíneas estadounidenses. Esta semana esa estadística cambió con el fallo del motor del vuelo 1380 de Southwest Airlines. Cuando estalló el motor del Boeing 737-700, algunos de los restos golpearon el avión y rompieron una de sus ventanillas. La piloto, una heroína llamada Capitana Tammie Jo Shults, logró sin miedo un aterrizaje de emergencia seguro en este avión. Al hacerlo, esta antigua piloto de caza de la marina estadounidense salvó la vida de muchos de los que iban a bordo. Desgraciadamente, una pasajera que estaba sentada junto a la ventanilla destrozada fue atravesada por los escombros antes del aterrizaje y murió a consecuencia de las heridas.
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Los investigadores han dicho que el motor de este reactor explotó cuando una de las aspas del ventilador se separó del ventilador del motor. Hasta ahora, creen que lo más probable es que fuera una fractura por fatiga lo que provocó la rotura del ventilador y que la fractura podría no haber sido visible durante la inspección rutinaria.
En respuesta al accidente, la FAA había ordenado que los motores CFM56-7B, como el que se rompió durante este vuelo, debían ser inspeccionados por ultrasonidos tras un número determinado de despegues y aterrizajes. Southwest también ha decidido inspeccionar toda su flota en busca de problemas similares durante el próximo mes. Pero, ¿es esto suficiente? ¿Y por qué no se aplicó esta política de inspección antes de este trágico accidente?
Hay varias partes que pueden ser responsables de este accidente y de la muerte resultante de este pasajero, como Southwest Airlines, Boeing y el fabricante del motor, CMF International. Cada una de estas entidades tenía responsabilidades específicas de inspeccionar el motor del avión, tanto visual como ultrasónicamente, para garantizar la seguridad de los pasajeros. El incumplimiento de sus deberes por parte de cualquiera de ellas hablaría de negligencia.
Negligencia en este caso significaría que cualquiera de las entidades no inspeccionó a fondo y no cumplió la normativa de la FAA. Por ejemplo, si CMF sabía que sus motores eran propensos a fracturas por fatiga en los ventiladores y no informó a Boeing o a la FAA sobre cómo inspeccionar eficazmente esos defectos, eso sería negligencia por su parte. Si Boeing conocía esta posibilidad y no informó a Southwest o a la FAA, también sería negligencia. Otro acto negligente puede haber sido que Southwest Airlines no inspeccionara adecuadamente sus aviones por ultrasonidos y de conformidad con la normativa federal. En este caso, la compañía afirma haber inspeccionado el avión sólo cuatro días antes sin problemas. Sin embargo, actualmente se está investigando el alcance de estas inspecciones y si se podría y debería haber hecho más para evitar fallos en el motor que pueden provocar fácilmente accidentes, lesiones e incluso la muerte.
Las lesiones o la muerte por fallo del motor son poco frecuentes en las compañías aéreas de pasajeros, pero cuando se producen estos incidentes, es importante ponerse en contacto con un abogado de lesiones personales para preservar todas las pruebas y contratar inmediatamente a expertos en responsabilidad civil para que realicen una inspección. En Aigen Injury Law, usted será representado por un abogado con experiencia que ha prevalecido en contra de grandes corporaciones en muchos casos que involucran asuntos complejos similares a este caso de lesiones personales debido a la falla del motor en este jet de Southwest Airlines. En Aigen Injury Law, estamos disponibles para guiarlo, proteger sus derechos, responder a sus preguntas, y luchar para asegurar que maximicemos su recuperación contra todas las partes responsables.
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